Loado seas, hermano mío poeta,
Por la belleza excelsa de tu canto,
El más sencillo,
Singular
Y santo,
De cuantos se entonan en este mundo.
Loado seas por el profundo
Sentimiento de paz
Que en él nos das,
Ciego que exalta el sol,
Pobre que exalta la vida
Y hasta se rinde a los pies de la propia muerte,
Nuestra nocturna hermana sin caridad.
Y loado también por la humildad
tutelar
De tu inspiración,
Que sabe, humanamente, ser del suelo,
Mismamente erguida en las alas y a volar.